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Camaleónico

Actualizado: 3 dic 2019

Después de haber hablado del camuflaje y del aposematismo, aprovecho para hacer una entrada corta y desmentir mitos sobre el camaleón. Los camaleones cambian de color principalmente según su comportamiento y “estado de ánimo”.

Es muy extendida la creencia de que, si pones cartulinas de colores a un camaleón, este cambia a ese color… Lamentablemente, esto no es así, cambia de color según su entorno, pero de manera mucho más limitada.

¡Ah!, y no explota si le pones en fondo rojo, no están hecho de C-4 ni pólvora ni tienen esa capacidad de granada explosiva.


Pues vale, no es como en los dibujos animados, pero… ¿cómo funciona? Pues aquí toca ponerse un poquito más técnico.

Hay dos tipos de color, el pigmentario y el estructural.

El pigmentario es el más común; el “color objetivo”, el que es como es, como diría una madre: ¡porque sí! ...como en nuestro caso la melanina, que nos da color y cambia si nos ponemos morenos o según nuestra etnia, pero si estamos morenos se nos ve morenos y si estamos blanco nuclear y parecemos espejos reflejando la luz pues también se dice, si os veis morenos son vuestras ilusiones.


Mientras que el color estructural es el “color subjetivo”, depende de donde estés y como sea la luz, como los tazos que cambiaban al girarlos; un arte más abstracto.

Se produce por la refracción de la luz en microestructuras de la piel u otros tejidos, algo así como los arcoíris.

Ejemplos cercanos son las plumas de la urraca con su iridiscencia, pudiéndose ver negras, o verdes y azules según las gires y las pongas a la luz, o como algunos escarabajos con los reflejos metálicos.



Y una vez explicado esto… ¿Qué pasa con los camaleones? Pues estos tienen tres tipos de células que dan color o cromatóforos (color objetivo/pigmentario, como nuestra piel); el amarillo, negro y rojo; que pueden contraer a voluntad.


Y pensaréis… “pero si son verdes”, y eso es porque también tienen una capa de células en la piel con nanocristales de guanina que se llaman iridióforos (unas células parecidas a los cromatóforos pero un poco diferentes).

La coloración verde, por lo tanto, se da por luz azul reflejada por los iridióforos que atraviesa los cromatóforos amarillos más externos. Básicamente como aprendimos a mezclar colores en el colegio, por eso consiguen ese amplio abanico de tonos y colores diferentes, como si una tienda de pintura se tratase, pues ellos pueden controlar también la posición y distancia de estas células con cristales, produciendo muchas variaciones.


Y una vez que sabemos cómo lo hacen… ¿para qué?

Pues una de sus funciones es lo que estamos viendo en esta entrada, el camuflaje. Algunas especies pueden cambiar su forma de camuflarse incluso dependiendo de los depredadores (se lo curran mucho más si las aves son sus depredadores que ven mejor, que cuando es una serpiente).


Otra es la termorregulación, como sabéis las camisetas negras en verano nos cuecen de calor y es mejor llevar claras… pues esto también lo saben y son capaces de hacer cosas así, cambiando la mitad de su cuerpo para recibir calor y la otra para no perderlo.



Y por último la función de la comunicación, que produce cambios de color muy bruscos, como expresando estados de ánimo. Es la manera de los camaleones de decir a su rival que se marche, o de las hembras de decir que están receptivas.



Los camaleones no explotan ni cambian de color según el fondo como la mayoría piensa, pero son unos animales que hacen cosas aún más espectaculares que eso en mi opinión, y espero que vosotros también después de conocerlos un poco mejor.





 
 
 

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