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Cazadores II: Cánidos

Para comenzar este nuevo año, continuaremos con las entradas de los cazadores.


En esta primera de 2021, quiero hablar acerca de los cánidos: perros, lobos, zorros y afines. Como ya he tratado de transmitir en varias ocasiones, este grupo no es ninguna excepción de las excepciones. Es un grupo que, aunque pueda parecer homogéneo, no lo es, y muestra de los procesos evolutivos como la radiación adaptativa, en la que surgen nuevas especies para cubrir nichos ecológicos vacíos, es decir, papeles del reparto que necesitan nuevos intérpretes en la obra teatral que es un ecosistema. Y con ello, tiene sus “bichos raros”, que hacen lo que toca de modos únicos.


Normalmente asociamos un tipo de caza cooperativa a este grupo: las manadas de lobos lideradas por sus alfas, persiguiendo presas hasta la extenuación. Y una parte de ellos son así, y hay algunas especies que incluso han llevado estas manadas a un nivel más allá.


Lobos cazando en manada. Imágenes extraídas de internet


Es el caso de los licaones o perros salvajes africanos (Lycaon pictus). Unos de los cazadores más eficientes de entre todos los mamíferos, con una tasa de éxito de entre el 70 y 89 % según autores, muy superior a lo que vimos con los felinos. Pero, ¿y por qué? ¿Qué los hace tan buenos en la caza?


Licaón o perro salvaje africano (Lycaon pictus). Imagen extraída de internet


Son diferentes factores y adaptaciones. Durante mucho tiempo, se pensó que solo tenían 4 dedos, a diferencia del resto de cánidos. Pero no es así, si no que poseen un dedo vestigial, que perdió su función original. De este modo, la musculatura y ligamentos de las patas han sufrido modificaciones que hacen que hayan perdido movilidad en las muñecas, pero les proporcionan una ayuda extra en las carreras de larga distancia.


Licaones cazando. Imagenes extraídas de internet


Pero esto no es lo que les hace tan únicos. Hay varios estudios acerca de particularidades en su manada jerárquica de tipo matriarcal, y es que los licaones tienen reuniones. Antes de decidir ir a cazar lo someten “a votación”. Y lo hacen mediante estornudos, decidiendo si salen a cazar o no dependiendo de los miembros que estornudan y la frecuencia de estos. Por supuesto, al igual que nuestro sistema electoral, tampoco es una democracia exacta, y tienen más peso en las votaciones los individuos jerárquicamente superiores, pero no es un prerrequisito, ya que esos votos pueden ser subyugados en caso de que la “voluntad del grupo” sea contraria.

De este modo, su cohesión social es alta y les permite perseguir en gran número un único objetivo de manera sincronizada, en algunos casos de manera continua y en otros mediante varios intentos de miembros del grupo a modo de carrera de relevos. Este último modo está siendo cada vez más frecuente debido a la destrucción de sus hábitats y desplazamiento a zonas más arboladas, a causa de factores humanos que han llevado esta especie a la categoría de Amenazada en la IUCN Red List.


Licaones jugando. Foto extraída de internet


Pero como decíamos, no deja de ser una versión adaptada a su ecosistema de la caza en grupo, que se lleva a cabo en los archiconocidos lobos, pero también en otros cánidos como los desconocidos cuones (Cuon alpinus) o perros venaderos (Speothos venaticus), estos últimos capaces de cazar hasta en el agua.


Cuón (Cuon alpinus) y perros venaderos (Speothos venaticus). Fotos extraídas de internet


Por otro lado, tenemos cazadores oportunistas, sin un estilo de persecución al desgaste, sino más sorpresivo. Un ejemplo que todos conocemos es el zorro, ese animal con cara astuta que aparece en tantas fábulas como ladrón de huevos, o manipulador. Los cánidos con este estilo de caza suelen ser de menor tamaño y llevar una vida solitaria. Pero también los hay de un tamaño considerable, como el lobo de crin o aguará guazú (Chrysocyon brachyurus), un animal de aspecto único, de movimientos que recuerdan a una hiena, todo un rarito en los cánidos de gran tamaño. Y casi todos son oportunistas, aprovechándose de la carroña, como hemos visto a los chacal de espalda negra (Lupulella mesomelas) en tantos documentales.


Zorro europeo (Vulpes vulpes) y zorro de crin (Chrysocyon brachyurus), fotos extraídas de internet.

Chacal de espalda negra (Lupulella mesomelas) y la misma especie comiendo carroña. Fotos propias.


Otra prueba de este oportunismo es la presencia en su dieta de alimentos de origen vegetal. Es común ver heces de zorro con restos de bayas, sobre todo cuando hay abundancia de estas. Esto supone un aporte energético complementario, e incluso en esas determinadas épocas del año, significar una parte importante de su alimentación.


Pero el que lleva esto más allá es el lobo de crin que hemos mencionado antes. A pesar de ser un buen cazador, el mayor aporte energético en su dieta es a base de insectos y plantas, comiendo frutos y raíces. De hecho, hay una planta llamada lobeira (Solanum lycocarpum) con la cual tiene una estrecha relación, siendo gran dispersor de sus semillas ya que el fruto de esta planta supone un 50% de su dieta en algunas regiones.


Lobo de crin comiendo un fruto de lobeira. Flor y fruto de la lobeira y referencia del tamaño del fruto. Imágenes extraídas de internet.


Con esto, hemos podido comprobar que en todos los grupos hay raritos, y aunque en los cánidos hay mayormente cazadores de larga distancia y oportunistas, también hay raritos como el semivegano lobo de crin.


Me gustaría concluir, como ya hice con la entrada de los felinos, con un párrafo reflexivo sobre nuestra fauna más cercana. Hemos visto que los cazadores más eficaces de los vistos hasta ahora en este grupo de entradas son los licaones, por encima de los lobos. El éxito en las cacerías de los lobos es alto, pero se debe sobre todo a que, al igual que las leonas y mayoría de depredadores perseguidores, eligen bien a sus presas. Eligen las más viejas, enfermas o a las crías. De esta manera, los lobos como los depredadores en general, hacen balance y regulan las poblaciones, provocando la supervivencia de los más sanos y más aptos. Esto es ecología básica, pero que parece que en España no se termina de entender por algunos sectores que los ven como competidores por lo que cazan. Es cierto que pueden acarrear problemas en la convivencia con el ganado, pero hay que intentar protegerse de las pérdidas y compensarlas cuando ocurran, sin necesidad de matar o generar animadversión hacia uno de nuestros animales más emblemáticos, el lobo ibérico (Canis lupus signatus).

Lobo ibérico (Canis lupus signatus). Foto extraída de internet.


Todavía quedan muchas entradas y grupos de animales cazadores. Y aún nos quedan la mayoría de cazadores únicos y excepcionales. Espero que os haya gustado y me sigáis acompañando para descubrir el resto de animales supercazadores.


Recursos de interés:

Estornudos de los licaones: Walker, R. H., King, A. J., McNutt, J. W., & Jordan, N. R. (2017). Sneeze to leave: African wild dogs (Lycaon pictus) use variable quorum thresholds facilitated by sneezes in collective decisions. Proceedings of the Royal Society B: Biological Sciences, 284(1862), 20170347. https://royalsocietypublishing.org/doi/10.1098/rspb.2017.0347

Adaptaciones musculares y dedo vestigial de los licaones: Smith, H. F., Adrian, B., Koshy, R., Alwiel, R., & Grossman, A. (2020). Adaptations to cursoriality and digit reduction in the forelimb of the African wild dog (Lycaon pictus). PeerJ, 8, e9866. https://peerj.com/articles/9866/

Dieta del lobo de crin: Santos, E. F., Setz, E. Z., & Gobbi, N. (2003). Diet of the maned wolf (Chrysocyon brachyurus) and its role in seed dispersal on a cattle ranch in Brazil. Journal of Zoology, 260(2), 203-208. https://d1wqtxts1xzle7.cloudfront.net/46759217/s095283690300365020160624-9844-1ds5jkz.pdf?1466777455=&response-content-disposition=inline%3B+filename%3DDiet_of_the_maned_wolf_Chrysocyon_brachy.pdf&Expires=1610646528&Signature=CW-yLvfiuTOWNNSziD6guQvFvsCT1kl7vteyh~KtHf2Lng~Gx2oSjQCzYRRkiQzva-ZOxC7v9llC2yvFeyU~UuAgcX3fzy5gwa3QSm8s4tP2RdPPbpLjetgNYbVzEQTeMrFazJ0xXuFIX02VgrQhvDyc~SpRRScvRAzsaLwd5CYl5HAnH2Ug6ly21v3M~wS4VQtx-nfHuIJqxnjyuIfuojP-S4OOXzaI1CDrt9Dw4yP2rHoxuaXG6fKBMGLbWYpSbGJdIsEerUacSFN-jjCpI95Rz67X8rN8xWr5N~qWeeTjZDXSofQiIyP0-I8t3rEtmgI0nMmmyJmm0DIrLmxwDA__&Key-Pair-Id=APKAJLOHF5GGSLRBV4ZA

Motta‐Junior, J. C., Talamoni, S. A., Lombardi, J. A., & Simokomaki, K. (1996). Diet of the maned wolf, Chrysocyon brachyurus, in central Brazil. Journal of Zoology, 240(2), 277-284.

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